La actualidad Normandía y las playas del día D 2015
¿A dónde?
Intro
El viaje de vacaciones de este año me ha tenido alejado de la moto, a no ser que contemos un par de días con un scooter eléctrico chino. Fuimos dos semanas a Myanmar, mi primer viaje al sudeste asiático, mi primer viaje a Asia, de hecho, Kazajstán y Rusia no cuentan, pues no llegué a dejar lo que aún se considera Europa geográficamente hablando. Fue un viaje increíble, y espero encontrar el tiempo para escribir sobre ello.
De vuelta de ese viaje aún me quedaban unos días: gasté cinco de ellos yendo a visitar mi querida V-Strom y haciendo un poco de investigación para un futuro proyecto, lo que me dejaba 10 días antes de volver a la escuela. ¿Qué hacer con ellos? Saqué la lista de destinos pendientes: ¿Marruecos? Demasiado calor y me gustaría tener al menos 15 días. ¿Otra vez los Alpes? No me tentaba lo suficiente y quiero combinar ese con un poco de escalada en Dolomitas, tiene que coincidir con la vacaciones otra gente. ¿La Toscana? Interesante, pero Nat no me perdonaría que lo visitase sin ella. ¡Aha! Este año es el 70 aniversario del final de la 2ª Guerra Mundial, así que, ¿qué mejor destino que donde empezó el final? ¡Normandía!
El viaje ideal es visitar al mismo tiempo la Bretaña y Normandía, un recorrido ideal en moto, pero eso hubiese supuesto muchos más días y además ya he estado en la Bretaña, así que 10 días para ver Normandía eran ideales. Esta vez sin embargo hice muy poca planificación. Ya tengo todo lo que necesito para saltar en la moto en cualquier momento, así que compré una guía, un par de mapas y me eché a la carretera sin contactar con ningún couchsurfer, buscar campings ni reservar hoteles. ¡A la aventura!
Cruzamos los Pirineos tras los pasos de una antigua línea de tren
Día 1 – Martes 25 de agosto – De Barcelona a Saintes (782km)
Las 8:30 de la mañana no era la mejor hora para ponerse en camino, especialmente si quería llegar tan lejos como fuese posible el primer día, pero quería dejar a Nat en el trabajo y despedirme antes de iniciar la ruta, y su oficina viene de camino saliendo de Barcelona. Para ahorrarme los prohibitivos peajes de la costa, había planeado la ruta al oeste hacia Lleida y luego Huesca. La única ventaja de este camino hasta ahí es que es gratuito. Aparte de eso, me esperaban casi 300 km de aburrimiento. Una vez pasado Huesca y de camino a Jaca lacosa ya es más interesante.
Quería cruzar los Pirineos por el Somport, uno de mis puertos favoritos. La carretera que baja por el lado francés es preciosa y el paisaje imponente. No solo eso, también podemos encontrar la estación abandonada de Canfranc en el lado español y las vías de la línea francesa que conectaban con ella desde el otro lado del puerto, así como el fuerte de Portalet. En esta ocasión no tenía tiempo de parar a visitar todo esto, pero siempre me gusta darle un vistazo al pasar por aquí.
El día era precioso, pero a medida que iba ganando altura por la cara sur de los Pirineos la temperatura iba cayendo, y cuando llegué al puerto ya hacía bastante frío en movimiento. Era la hora de comer y me había imaginado que comería sentado en lo alto del puerto, contemplando las gigantescas montañas a mi alrededor, pero no había ningún sitio para sentarse aparte de un aparcamiento bastante gris, así que seguí en busca de un lugar decente para comer.
Por suerte, tras dejar atrás un par de áreas de picnic con demasiados coches aparcados, encontré una vacía en el lugar perfecto para un friki como yo a quien gusta explorar sitios abandonados. Pasado pueblecito de Urdos hay una de las viejas estaciones que alguien ha recuperado. No parecía un bar, albergue, oficina de turismo o cualquier otro de los usos que se les termina dando, sino una residencia privada. Qué raro. En cualquier caso, pasada la estación y junto a las vías había una zona de picnic muy agradable, con árboles y vistas a uno de los viejos viaductos. Hasta había un túnel del otro lado.
Naturalmente, después de comer y viendo que el acceso al puente y al túnel no estaban de ningún modo cerrados, decidí explorar un poco. Los desvíos a la entrada de la estación estaban intactos, y a pesar de estar muy oxidados, con la suficiente fuerza se podían mover; casi me dejo la muñeca haciendo el tonto con uno.
El puente también estaba completamente oxidado, pero los raíles descansaban en sólidas vigas de acero, así que mientras caminara por las vigas y no por las planchas que cubrían los huecos bajo los raíles no había problema para cruzar. Por debajo pasaba un río que nacía de las nieves más arriba, y delante, la oscura boca del túnel.
Sobre la apertura una placa con la fecha de construcción, 1922, recordando al visitante aventurero que la línea funcionó durante solo 48 años. A pesar de haber estado mantenido desde 1970, el túnel aún se encontraba en buen estado, y se podía andar lejos por él. No se veía luz del otro lado, así que no sé si hay una sección hundida más adelante o si era uno de los túneles largos y tenía un curva en su interior. En cualquier caso eran ya las 2 de la tarde y aún me quedaban al menos 500 km, así que la expedición quedó pospuesta y volví a la moto.
Articulo completo en: http://stromingtheworld-es.com/
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