Tony Soprano no se va a ganar el premio de Manager del Año en la Liga Nacional. Pero yo quisiera agradecerle ahora, a nombre de todos nosotros, por presentarse para darle emoción a esta discusión por este premio.
Incluso antes de que "Esa Cita" saliera de la boca de Joe Maddon en el fin de semana, en el medio de una épica serie entre Cachorros y Cardenales, el debate por el premio de Manager del Año 2015 en la LN ya era más divertido que una carrera de 300 millas en la Interestatal 55.
¿Pero ahora? ¿A la luz de "Esa Cita?" Cuenten conmigo. Estoy involucrado. Estoy más interesado en ver quién va a ganar ese premio que nunca antes en mi vida. No es que eso sea decir mucho. En la escala de los grandes premios, si el JMV constituye un 9, el Manager del Año es un 2. Es para los premios de béisbol lo que constituye el premio de la Academia al mejor maquillaje y mejor peinado para los Oscares.
Pero no este año. No más. No cuando el manager de los Cachorros de Chicago está comparando a los Cardenales de San Luis - y, por lo menos por inferencia, al manager en el otro dugout,
Mike Matheny -- con el capo de la máfia más reconocido de la TV.
AP PhotoJoe Maddon y Mike Matheny podrían terminar chocando en los playoffs y en los premios después de la temporada.
Voy a predecir ahora mismo que el manager de uno de esos equipos se va a ganar ese premio. Y eso solo añadirá otra capa explosiva a una rivalidad que de repente se siente como si tuviera algo más que una proximidad geográfica. Pero antes de que entremos en eso, quiero reconocer además que Maddon y Matheny ni siquiera son los únicos candidatos serios.
En Pittsburgh, Clint Hurdle ha sido tan bueno en su trabajo, que podría ganar este premio cada año - especialmente en una temporada en la que su equipo ha logrado recuperarse de un mal inicio para compliar el mejor record en el béisbol desde el 20 de mayo.
En Nueva York, esos Mets con problemas a la ofensiva en abril/mayo/junio/julio pudieron haber quedado fuera de la contienda - pero Terry Collins "definitivamente mantuvo este grupo apuntando hacia la dirección correcta", dijo el jugador del cuadro
Daniel Murphy, "cuando hubiese sido muy fácil descarrilarse".
Así que espero que todos los que tienen una boleta de este premio en su mano (yo no estoy en esa lista) le den a estos hombres la seria consideración que ellos merecen. Pero en realidad, si fueramos a medir las credenciales de este grupo, yo estaría fundiendo muchas células de mi cerebro intentando separar a Maddon de Matheny. Ese es un trabajo ridículamente retante.
Ambos les han sacado más a sus equipos de lo que parecía humanamente posible. Ambos han sido tan buenos como se puede en esa labor. Y eso es lo que hace esto tan fascinante, que ambos han sido buenos en formas muy diferentes.
Si fueramos a ponerlos en, digamos, una película de Ben Affleck, Matheny sería el contraparte cerebral y suave de Affleck, manteniendo su ecuanimidad contra todas las probabilidades mientras el techo se prende en fuego y el tornado se acerca a ellos. Mientras tanto, Maddon sería el maestro favorito de los chicos, que llega a la clase de biología con un grupo de payasos de circo solo para asegurarse de que nadie se aburriera.
Sin embargo, eso es un retrato demasiado sencillo, porque ambos tienen muchas más capas. Lo que tienen en común es que ambos son líderes, con la L mayúscula. Y sus equipos - y las temporadas que han tenido - reflejan totalmente eso.
Primero, consideren algunos de los retos que Matheny ha tenido que enfrentar. Por supuesto, realmente deberíamos dejar esa discusión en la sala de emergencia, porque para los Cardenales del 2015, digamos que han tenido algunos tropiezos.
Supongan que en marzo les hubiese dicho a ustedes que los Cardenales se encontrarían jugando al béisbol por largos periodos de tiempo, sin
Adam Wainwright,
Matt Holliday,
Matt Adams,
Jon Jay,
Randal Grichuk,
Lance Lynn,
Jaime García,
Jordan Walden y
Matt Belisle. ¿Habrían pensado, aunque fuese por medio segundo, que ellos tendrían ahora mismo el mejor record en todo el béisbol?
Le hice esa pregunta a su antesalista,
Matt Carpenter, a principios de esta temporada. Se echó a reír y dijo: "Si me hubieses dicho que incluso CON ELLOs tendríamos este record, lo habría aceptado".
Para hacer lo que ellos han hecho sin esos tipos, eso es algo casi milagroso. Excepto para el manager.
"Yo no les pongo límites a lo que ellos pueden hacer", dijo Matheny, cuando hablamos de esto a mediados de temporada. "Yo pienso que es simplemente esa mentalidad, que nosotros creemos que podemos mejorar. Y si cada jugador cree eso, vamos a salir adelante".
AP Photo/Paul BeatyJoe Maddon ha logrado energizar a un joven equipo de los Cachorros al ayudarlos a creer que pueden ganar ahora.
Háganse esa pregunta: ¿Quién se creería eso si el manager no tuviese el liderato, la presencia o la convicción para hacerlo creer? Bueno, si pasas cinco minutos alrededor de Matheny, estás listo para comprar lo que él esté vendiendo. Tostadoras de pan. Hervidoras de huevo. Autos Yugo usados. Lo que sea.
"Él suele mirar a la adversidad y la abraza", dijo su gerente, John Mozeliak, "y se asegura que todo el mundo lo haga así".
Y entonces está Maddon. Hace diez meses, cuando él comenzó a hablar de la posibilidad de que su nuevo equipo, uno de los más jóvenes en las Grandes Ligas, llegara a los playoffs -- sin mencionar el hecho de que era un equipo que promedió 94 derrotas en las pasadas cuatro temporadas, ¿alguien creyó eso - además de él, quiero decir?
Bueno, pues está sucediendo. Y gran parte de la razón por la que está ocurriendo es que Maddon se puso como misión el hacer que todo el mundo a su alrededor lo creyera también. Comenzó la misma en el Día 1 de los entrenamientos primaverales. Y no se ha detenido desde ese entonces. Desde las prácticas de los cortes hasta el día de relevos hasta el día de Tony Soprano. La campaña de convencimiento no tiene fin.
"Lo más grande con un equipo tan joven como este", dijo, "es que tienes que llevarlos al punto donde puedan pensar que ellos pertenecen a este nivel y que lo pueden hacer. Y eso requiere mucha paciencia, y redundancia. Y la parte de la paciencia es que, cuando cometen errores, no molestarse de inmediato. No es una situación de castigo. Es una situación de enseñanza. ... Todos estos chicos tienen algunos momentos realmente difíciles. Pero debes mantenerte enseñándoles y hablándoles. Sigue enseñandoles. Sigue hablándoles. No te conviertas en alguien amargo. Y pienso, porque ellos son lo suficientemente buenos, que ellos han logrado llegar al otro lado".
Aun así, pienso que es importante para todos el poner en perspectiva lo raro del asunto, para todos estos jugadores jóvenes, a pesar de lo talentosos que puedan ser, el haber llegado al otro lado - y completar el viaje que los llevará a octubre. Así que aquí les traigo la lección de historia de hoy:
Estos Cachorros han tenido seis jugadores, con 25 años de edad o menores, con por lo menos 200 apariciones en el plato. De los 20 equipos anteriores que han logrado esto en la era del comodín, ¿saben cuántos han tenido un record ganador? Exactamente dos: los Bravos de Bobby Cox en 2005 y los Diamondbacks de Bob Melvin en 2007. Y ambos llegaron a los playoffs.
Los otros 18 equipos promediaron 95 derrotas. Así que eso nos dice todo lo que necesitamos saber sobre cúan difícil es manejar un equipo tan joven como este a través del maratón que es una temporada de Grandes Ligas - y vivir para contarlo en octubre.
¿Acaso este grupo habría logrado eso sin ESTE manager y su positivismo implacable? Nunca lo sabremos. Pero desde mi perspectiva, no creo que haya un manager vivo que esté mejor equipado para tomar este equipo de los Cachorros y mostrarle a estos chicos como montarse en una alfombra mágica.
Ningún manager en este deporte entiende mejor como balancear la necesidad de demandar producción con el arte de permitir la diversión y la libertad personal. Nadie puede crear un ambiente en el que los jugadores jóvenes pueden ser ellos mismos y jugar sin presión mejor que Maddon. Y tanto los jugadores como los jefes entienden el impacto único que Maddon ha tenido en este grupo.
"Joe era el manager perfecto para este equipo", dijo el gerente de los Cachorros Jed Hoyer. "Él tiene una gran mezcla del lado de un manager que cree en el desarrollo de jugadores con la habilidad de usar bien las estadísticas analíticas. Él sabe el momento correcto para pisar el acelerador y el momento correcto para darle a uno de estos chicos un abrazo. A los jugadores les encanta jugar para él. En el fondo, eso es lo más importante".
Y por supuesto, él es profundo, cerebral y vocal, por encima de todo. Yo pasé 15 minutos en su oficina hace dos semanas y lo escuché citar a Gandhi y al Dalai Lama - en medio de sus pensamientos sobre las razones por las que quería poner a jugar a
Javier Báez esa noche.
Por otro lado, Matheny puede ser pesado y reflexivo en una forma completamente diferente. Es menos propenso a decirte todo lo que le pasa por la mente. Así que a veces su propia base de fanáticos no está segura de qué hacer con él - porque sus fortalezas son menos visibles. Y menos audibles.
"La gente no puede ver lo que pasa en este camerino y el tipo de respeto que los jugadores le tienen", dijo Mozeliak. "Su liderato de día a día es tremendo. Y es algo de lo que él está bien consciente y con lo que está trabajando. Desafortunadamente, eso no es algo que el público tiene la oportunidad de ver".
Sin embargo, lo que el público sí tiene la oportunidad de ver es su record. Uno que no solo es meramente grande. Es históricamente grande. Esta es la cuarta temporada de Matheny como manager en Grandes Ligas. Y las cuatro han terminado con un viaje al béisbol de octubre. ¿Cuántos otros hombres han llevado a sus equipos a la postemporada en cada uno de sus primeros cuatro años como manager? Ese número es cero. Hasta ahora.
No obstante, ¿cuántos premios de manager del año ha ganado? Ese número también es cero. Y en parte, ¿saben por qué ha sido así? Porque se supone que ganaran. En cada una de esas temporadas. Solo para apuntar el absurdo que acompaña muchas de las elecciones de manager del año: Mientras más títulos ganes, menos premios ganarás.
AP Photo/John MinchilloEs posible que Mike Matheny sea víctima de su éxito, al llevar a los Cardenales a su cuarta postemporada en fila.
"Es el cuento que resume todo lo que rodea este premio", dijo un ejecutivo que analizó esta teoría recientemente. "Es un premio que se le da cada año al manager de un equipo que todo el mundo decido que ha superado las expectativas. Así que le tengo algo de pena a Mike Matheny. Está condenado por los Cardenales. Condenado por su éxito y condenado por sus expectativas. Y eso realmente no es justo".
¿Saben qué? Apuesto que esto le va a volver a ocurrir de nuevo. Porque lo que le está ocurriendo a los Cachorros esta temporada es el tipo de cuento que se suele recompensar con un premio como el de manager del año. Y si así termina esto cuando este premio se entregue en noviembre, bueno... uh-oh.
No es un momento cálido y amoroso en la historia de Cachorros versus Cardenales. Pongámoslo de esa forma.
Nunca los managers de estos dos equipos han terminado 1-2 en una elección de manager del año. Eso por un lado. Y sorprendentemente, tendríamos que remontarnos 70 años atrás -- a 1945 - para encontrar la última vez que ambos equipos ganaron 90 partidos o más en la misma temporada. Eso también.
Ahora añadan el Factor Tony Soprano. Que fue más que una broma, y más que una cita. Fue parte del juego mental de Maddon, cuidadósamente diseñado para enviar un mensaje de "no tenemos miedo" a ambos camerinos. Y fue parte de una reflexión de cómo de repente ha comenzado a subir la temperatura entre ambos novenas - con una potencial SDLN entre ambos que subiría la temperatura aún más.
Así que, finalmente, viajemos al futuro al día en que se entregue este premio -- ¿y el manager del equipo con el mejor record en el béisbol termine segundo (o quizás tercero) en la votación, detrás del manager de los odiados Cubbies? ¡Qué queeeeeee!.
Ese sonido que van a escuchar procedente de San Luis será ruidoso. Y será profundo. Y será 100 por ciento carente de amor por los Cachorros, su temporada de ensueño y el manager que la hizo posible. Yo no estoy seguro de que haya habido una elección de manager del año capaz de producir un sonido tan alto, tan profundo y emocional. Pero listos o no, por ahí viene.
Adam Rubin de ESPN.com colaboró con esta historia.
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