No habrá hombres en torno a Kate Middleton. El suegro de Kate, Carlos de Inglaterra, vive más preocupado por quién está cerca de su nuera que el propio marido de la Duquesa de Cambridge, el príncipe Guillermo. Carlos de Inglaterra no quiere riesgos. El Príncipe de Gales habría dispuesto que todo el séquito de Kate Middleton, incluidos sus guardaespaldas, sean mujeres. Alrededor de su nuera, mejor ningún hombre, salvo para lo que puntualmente fuera en rigor necesario. 
Para la seguridad de Kate, en concreto, no son necesarios los hombres, así puessus escoltas son y serán mujeres. Esto es lo que aseguran que ha decidido el príncipe Carlos, según el periódico Sunday Express. 


Quizá sea que el príncipe heredero confía menos en las posibles debilidades de Kate Middleton que su hijo el príncipe Guillermo. Quizá sea que el príncipe Carlos tiene más presente, por experiencia, que cuando se está tan expuesto a los medios de comunicación no sólo hay que ser bueno sino que también hay que parecerlo. Que aunque no ocurra nada, no hay que dar jardín a los rumores. Y sin hombres alrededor de Kate, no puede nacer rumor que valga, por falso que sea. O quizá sea que el Príncipe de Gales recuerde aún cúanta tinta sobre papel llevó el asunto de Lady Di y su guardaespaldas, Barry Mannakee. Su romance ocupó decenas de páginas del papel couché, e hizo mucho daño a la familia Real británica.
El matrimonio de Kate Middleton y el príncipe Guillermo parece sólido y feliz. Sus gestos de complicidad, como dicen los cursis, son abundantes y públicos. Tienen una bonita familia con sus dos hijos, el príncipe George y la princesa Charlotte, y a la espera estamos incluso de que se confirme un posible tercer embarazo. Pero, al parecer, a juicio de su suegro, el príncipe Carlos, todas las precauciones son pocas. La prudencia es la madre de todas las ciencias. O ¿era la experiencia? Para proteger el matrimonio de su hijo, Carlos de Inglaterra parece que echa mano de las dos ciencias, o sabidurías: prudencia y experiencia.